Iniciación a la domótica de un usuario de Apple con Raspberry Pi y Domoticz

A finales de agosto de 2013 llegué a casa tras un periplo vacacional de un mes, con viajes y estancias diversas con las familias. Cuando entré al patio, la desolación vino a mí: había dejado el toldo extendido para proteger a mis plantas del sol de agosto y unas lluvias torrenciales lo habían sobrecargado de agua, arrancado de la pared y derribado encima de todas mis macetas. Desde entonces me rondó en la cabeza la posibilidad de domotizar el motor del toldo para poder abrirlo y cerrarlo a distancia.

Puesto en contacto con mi buen amigo Philippe, y tras evaluar varias posibilidades, sugirió que lo más económico de momento podría ser adquirir un Aeonlabs Zwave Stick 2 y usarlo en conjunción con el software Domoticz instalado en una Raspberry Pi que ya poseía y a la que no hacía mucho caso. Me remitió entonces al artículo de este blog Domoticz y Raspberry PI, un centro domótico de bajo coste, que seguí a pie juntillas en lo tocante a su punto 1, ya que al tener el stick mencionado, el punto 2 no era necesario.

Como usuario de Mac, debo decir que el proceso de instalación fue cuando poco inquietante, y que ansío una futura versión de OS X SIN TERMINAL para que no tengamos posibilidad siquiera de meternos en estos fregados. De toda esta parte me quedo con tres momentos:

• no te sale si quiera un mísero indicador de progreso mientras estás volcando la imagen de Domoticz a la tarjeta SD.
• asignar una IP fija a la Raspberry Pi para acceder a ella con soltura desde fuera de mi red local.
• asignar al USB físico de la Raspberry Pi un puerto USB virtual para asegurarte que Domoticz busca siempre el stick en el puerto correcto.

Esto último es lo único que hay que hacer para que el Z-Stick funcione correctamente. Tuve la inmensa fortuna de que @phroc me pasara un artículo en perfecto francés donde explicaban cómo hacerlo. El sueño de mi vida: domótica vía terminal con instrucciones en francés.

Una vez hecho esto hay que tener una cosa clara y es que tu central de domótica es el Z-Stick, mientras que la Raspberry Pi con Domoticz no deja de ser un mero interfaz. Por ello, para emparejar nuestros dispositivos Z-Wave al Z-Stick, deberemos extraerlo de la Raspberry Pi, pulsar el botón para ponerlo en modo inclusión (parpadeando lentamente) y luego pulsar el botón de emparejamiento de nuestro dispositivo, tantas veces y tan rápido como sea necesario hasta que la luz del Z-Stick parpadee rápidamente, señal inequívoca de que el emparejamiento se ha producido. Una vez hecho esto, podemos pinchar el Z-Stick en la Raspberry Pi y dejar un par de minutos a Domoticz para que lo detecte y ponga a nuestra disposición los dispositivos que tengamos emparejados.

El manejo de Domoticz para configurar los módulos es farragoso y hasta cierto punto poco intuitivo. Por ejemplo, a la hora de indicar un momento para que un dispositivo se encienda o se apague, podemos indicar una hora concreta o el amanecer o el anochecer, usando Domoticz para determinar estos momentos tu ubicación; sin embargo, al elegir estas opciones el campo para escribir la hora de encendido o apagado no desaparece o se difumina, sino que sigue activo, con desconocidas consecuencias.

El alcance del Z-Stick está condicionado al entorno donde esté instalado, es decir, si lo tenemos en la mesa al lado del router, del modem y del ordenador, el dispositivo sufrirá más para llegar a los dispositivos. Es interesante sacarlo de cualquier entorno similar o llegado el caso usar un cable USB alargador para alejarlo del resto de aparatos y ponerlo vertical y apuntando en dirección a la zona de la casa donde esté el dispositivo más alejado.

La combinación entre el Z-Stick, Raspberry Pi y Domoticz depara un sistema de una estabilidad cuando menos discutible. Con frecuencia ocurre que sin haber hecho nada, un dispositivo deja de funcionar en alguno de sus momentos: se enciende pero no se apaga a la hora prevista, se apaga según lo esperado pero previamente no se ha encendido, ni se enciende ni se apaga solo pero el control manual desde Domoticz funciona… Cuando se llega a este momento, se debe proceder a eliminar el módulo y volverlo a añadir, dado que el botón de restaurar conexión que aparece en Domoticz no ha funcionado nunca que se sepa.

Curiosamente, tras un mes prácticamente ausente de casa, pude comprobar que el módulo enchufe había estado funcionando correctamente todo tiempo, encendiéndose y apagándose a la hora programada. A los pocos días de llegar a casa dejó de funcionar durante dos semanas, para reanudar entonces su funcionamiento habitual. Ese hecho junto con el funcionamiento misterioso habitual de la domótica (pasan cosas cuando no estás, se oyen ruidos de aparatos en tu casa) han cimentado en mi barrio la fama de casa encantada que tiene mi vivienda.

No obstante lo anterior y tras diversas pruebas, durante dos semanas de septiembre pude disfrutar enormemente del placer de tenerlo todo configurado y funcionando: la lámpara de mesa del salón encendiéndose y apagándose correctamente, y el toldo del patio extendiéndose y recogiéndose sin problema, al tiempo que en ambos dispositivos los controles manuales seguían funcionando sin problemas. Sin embargo la dudosa estabilidad del conjunto me disuadió de dotar al módulo enchufe un papel más importante, como controlar el calentador eléctrico de agua.

Es posible que el Z-Stick conectado a un Mac, por ejemplo, y usando el software Indigo, resulte una solución estable y potente, pero mi consejo respecto a la combinación Raspberry Pi + Z-Stick + Domoticz es NI SE OS OCURRA, un consejo con matices. El matiz es que si tienes una Raspberry Pi ya en casa, como era mi caso, es una forma realmente barata de meterte en el mundo Z-Wave; el único coste crítico será el Z-Stick porque los módulos que adquieras seguirán siendo compatibles con cualquier centralita Z-Wave que puedas comprar en el futuro.

Si no tienes una Raspberry Pi, piensa que te cuesta 35,99€ sin ningún accesorio (suponiendo que en casa tienes alimentador, microSD, cable de red etc.), a lo que debes sumar los 59,29€ de un Z-Stick, totalizando 95,28€, cuando una Vera Lite cuesta 159,99€ dentro del Pack Novato que ofrece Z-Wave España. La diferencia es 64,71€ que se verá disminuida cuantos más accesorios tengamos que comprar para la Raspberry Pi. Realmente por esas diferencias, yo optaría por comprar una centralita con un software propietario estable y un soporte técnico funcional.

En el transcurso de este experimento, el sistema Domoticz tuvo que ser reinstalado tres veces, y han muerto un módulo oculto de persianas Philio (cortocircuitado por la lluvia) y una Raspberry Pi (a saber qué le pasa). Guardemos un minuto de silencio y recemos porque el dios de la domótica los tenga acogidos en su seno, mártires sin duda de esta etapa pionera que estamos viviendo en el campo de la domótica doméstica. Cuando reponga mi equipamiento, volveré con un tutorial paso a paso de cómo meterse en este berenjenal.