Comenzar a escribir una reseña sobre un producto que no es precisamente nuevo en un mercado que está en este momento en plena ebullición, no es fácil.
Las reseñas que nos solemos encontrar sobre cualquier producto no suelen ser más que las primeras impresiones después de un unboxing apresurado por parte de alguien con mucho interés en ser el primero en tener posicionado un post o un vídeo en Youtube.
Cuando desde Domótica Doméstica me propusieron hablar de la Fitbit Charge, no me lo pensé, ¿Y por qué no? Esta gente sabe de lo que habla y si han pensado en mi para esta reseña, quizá sea el momento de escribir.
Pero no quería hacer una review al uso, quería hacer un par de pruebas con ella y llevarla conmigo durante unas cuantas semanas.
El momento de comenzar a escribir, ha llegado. De momento, esta Fitbit Charge me ha acompañado en una maratón de montaña y en los 101 km de Ronda, y ha aguantado contando y sumando pasos, calorías y distancia durante más de un mes. Hasta ahora ha convivido con mi Nike Fuelband SE, y ya está desplazándola por completo.
Si quieres ver unas buenas fotografías y todo el contenido de la caja, solo tienes que ir a la web del fabricante y comprobar los diferentes colores y texturas de todos los modelos.
Si no te quieres conformar con esa visión, busca algún vídeo en el que además de enseñarte todo lo que hay dentro de la caja, podrás ver el producto desde cualquier ángulo imaginable.
Lo que yo te voy a enseñar, es lo que le pasa a esta Fitbit Charge después de varias semanas de uso en convivencia con otros gadgets y en los entornos en los que me muevo: días tranquillos, frenéticas jornadas de trabajo y salidas al campo, siestas reparadoras, noches moviditas en el trabajo y descanso al fin, en una cama de verdad. La Fitbit Charge, lo registra todo.
El envoltorio es increíble… no, no voy a hacer una reseña al uso. La caja nos trae la pulsera, el cable de carga y un pincho USB para sincronizar con nuestro ordenador, pero si tenemos un smartphone y la app de Fitbit, este dongle USB no lo sacaremos jamás de la caja.
Nada más recibir la Fitbit Charge, la puse en carga completamente y a partir de ahí, comencé el proceso de enlace con la app de iPhone, que ya tenía instalada en mi iPhone, solo por curiosear, nada más, desde hacía unas semanas.
El proceso de enlace es sencillo y no recuerdo ningún problema. No hay demasiadas opciones de personalización, pero las que hay son suficientes para mi. Apenas 4 estilos para personalizar lo que vemos en la pantalla, que es realmente pequeña, pero que para mi en el trabajo es suficiente la mayor parte de las veces (a veces resulta necesario un reloj con segundero y éste no lo tiene de forma continua, consulto con mayor frecuencia la fecha).
A partir de ahí, la única elección que he hecho ha sido la de dejar que se sincronice de forma continua en segundo plano con el iPhone o ser yo el que fuerza esa sincronización. En un uso real no noto diferencias de consumo de batería entre ambos, sobre todo porque tengo una batería “infinita”, pero eso llegará más adelante.
La personalización de la pulsera es sencilla desde la app de iPhone y entre otras cosas nos permite poner alarmas por vibración, discretas y efectivas. Sirven tanto para recordar una tarea como para despertarte. Muy convenientes, las uso tanto en casa como en el trabajo.
Con las llamadas notaremos una vibración, quizá demasiado breve, pero suficiente como para que nos demos cuenta. Ya me ha avisado en varias ocasiones en las que yendo en un bus, no había oído una llamada. Quizá con una vibración más larga, como la de objetivo diario cumplido, conseguiríamos algo que contentase a todo el mundo, pero iría en detrimento de la duración de la batería y si somos de los que reciben varias llamadas a diario, la batería se resentiría.
No echo en falta notificaciones en la pulsera, esto es una pulsera de actividad, no un smartwatch, el objetivo de esto es estimularnos a movernos, no notificar todo lo que sucede en nuestro smartphone. No es su objetivo principal.
Ademas de esto, podremos elegir en qué orden queremos ver los elementos, que muestra con un clic de su único botón: Reloj, Pasos, Distancia, Plantas subidas y Calorías.
Con ese único botón también podremos iniciar nuestra actividad, si nos animamos a correr o iniciar un paseo largo. También podremos configurar una acción al hacer un doble tap en pantalla, con lo que nos mostrará cualquiera de los 5 campos de información que definamos. En ocasiones se puede activar dando un par de palmadas.
Y hasta aquí lo que se ve. Que no parece mucho, pero después comenzaremos a descubrir todo lo que la pulsera hace gracias a la app de iPhone.
En la app de iPhone podremos ver a nuestros amigos, si es que nos queda alguno usando ahora mismo esta red social de Fitbit. La gran masa de usuarios llegó y se fue con dispositivos anteriores. Solo los que han entendido este tipo de dispositivos y siguen comprometidos con su actividad física diaria siguen ahí al pie del cañón.
En mi caso cuento con pocas “amistades” dentro de Fitbit, muchos de ellos ya no están activos, algunos incluso reniegan de haber tenido algún dispositivo.
El apartado social importa, pero recordemos que aquí solo competimos contra nosotros mismos, contra la inactividad. En mi primera semana fui invitado a un desafío de fin de semana. Correr una maratón de montaña y sumar más de 50.000 pasos en un día no me ha hecho muy popular. No han vuelto a invitarme a más desafíos. Pero yo corro contra mi mismo, lucho contra el Blerch que habita en mi interior.
Hasta aquí la primera parte de mi particular análisis de Fitbit Charge. Si quieres saber más, no te pierdas la segunda parte, en muy pocos días.
Muy interesante, Manolo, gracias por la review. Algunas preguntas, a ver si me sacas de dudas:
– La pantalla es tipo la de un móvil, ¿no? Quiero decir, que no es LCD o por segmentos…
– ¿Sabes si la HR muestra las pulsaciones en tiempo real y con números grandes (tipo como se muestra la hora)?
– Dices que se pueden programar alarmas por vibración… ¿Puedes poner todas las que quieras? ¿Cómo va eso? Me podría venir bien para avisarme mientras estoy dando una charla, para no pasarme de tiempo, pero no sé si será mucho rollo programarlo cada vez. ¿Se podría integrar con algún Workflow?
– ¿Podrías arrancar VoiceOver y ver si lee algo en la app de fitbit?
¡Gracias! 😉
Hola Ramón,
La pantalla es lcd, como la de un movil, pero se me puede antojar un tanto pequeña. Pero eso si, está contrastada a tope.
No he podido probar de primera mano el tema del ritmo cardiaco, pues este modelo que he probado no lo tiene. En sus especificaciones dice que monitoriza el pulso una vez por segundo durante el ejercicio y una vez cada 5 segundos el resto del tiempo.
En cuanto que pueda probar un modelo de estos, review al canto.
El tema de las alarmas es muy bueno. Yo lo uso en el trabajo, en reuniones y me parece realmente bueno como despertador.
No son complicadas de programar. Y de momento no conozco ningun “workflow” para ello. Pero una vez que has configurado la alarma, solo tienes un boton que activar y desactivar.
Y si, he jugado un rato con voice over. Puedes probar la app incluso sin tener una pulsera 😉